Cada persona vive su vida sexual de diferente manera. Algunas se conforman con el sexo tradicional. A otras les entusiasma la idea de interactuar con modelos de video chats porno. También hay quienes prefieren practicas menos habituales como, por ejemplo, el BDSM o el sexo anal. En definitiva, sobre gustos, fantasías y preferencias en la cama no hay nada escrito. Dicho esto, el sexo anal es una de las actividades sexuales que más relevancia ha cobrado durante las últimas décadas entre la población. Sin embargo, su polarización también ha traído consigo infinidad de falsas creencias o mitos que lo único que buscan es que no disfrutemos de este acto sexual. En este artículo, os mostraremos algunos de los mitos sobre el sexo anal. De este modo, saldréis de cualquier duda que tengáis. ¿Estáis listos? ¡Vamos a ello!
-El sexo anal es solo para hombres homosexuales: FALSO. Existe la creencia de que el sexo anal es un acto exclusivo de los hombres homosexuales. Nada más lejos de la realidad. El ano de la mujer también presenta miles de terminaciones nerviosas. Por lo tanto, una mujer penetrada por esta área de su cuerpo también puede excitarse y sentir placer. Lo mismo ocurre con los hombres heterosexuales. ¿Quién dice que un hombre heterosexual no puede disfrutar del sexo anal? Por ejemplo, siendo penetrado por su chica con un juguete sexual o un masajeador de próstata. Cualquier individuo (hombre o mujer/ hetero, homo o bisexual) puede disfrutar con el sexo anal.
-Es un acto sexual sucio: esta leyenda es muy común entre las mujeres heterosexuales. Sin embargo, el sexo anal no implica que sea sucio. Todo depende de la higiene personal. Al igual que ocurre con otros actos sexuales, antes de practicar el sexo anal los involucrados tienen que estar bien aseados. En el caso del sexo anal, se recomienda limpiar de forma meticulosa el ano (por razones obvias) y hacer lo mismo con los juguetes sexuales (en el caso de que se vayan a usar).
-El sexo anal es doloroso: FALSO. El sexo por detrás no tiene por qué producir dolor a quien está siendo penetrado. Como bien sabemos, el ano no tienen la lubricación que tiene la vagina y, por lo tanto, es necesario hacer dos cosas para evitar sentir dolor en esta zona nitrogenada. En primer lugar, ¡usar siempre algún tipo de lubricante! Se recomienda los lubricantes a base de silicona, ya que su duración es mucho mayor que el resto. La segunda recomendación consiste en realizar una buena preparación para evitar el dolor. Es decir, ir despacio y practicar diferentes posiciones que permitan una penetración cómoda. La clave es estimular lenta y progresivamente el ano con caricias y masajes suaves hasta que la penetración sea agradable. ¡Cómo lo hacen las estrellas del cine adulto o las modelos de video chats porno!
-No se puede alcanzar el orgasmo: otro mito totalmente falso. El sexo anal puede hacer que los hombres alcancen el orgasmo (gracias a la próstata) y servir de complemento a la estimulación mediante el pene o los testículos. Por lo tanto, el sexo anal es aún más excitante y placentero que el tradicional para el hombre. En el caso de la mujer, la estimulación del ano no puede hacerles llegar al orgasmo, pero sí potencia las sensaciones que sienten a través del clítoris o la vagina. Asimismo, si el sexo anal se combina con el uso de juguetes sexuales, el placer puede ser aún mayor. Es más, esto es lo que ha provocado que los video chats porno estén repletos de modelos usando juguetes XXX a través de sus orificios rectales. ¡El sexo anal aumenta los niveles de placer tanto de ellos como de ellas!
El sexo anal deja secuelas físicas: cuando se lleva a cabo de forma consensuada y poniendo atención a las sensaciones de ambos, no hay motivos por los que el sexo anal tenga consecuencias negativas para nuestro organismo. Es normal que sea algo incómodo al principio, pero con la práctica el cuerpo se acostumbra y la dilatación será mayor. No habrá daños en el tracto rectal siempre y cuando seamos cuidadosos y vayamos poco a poco.
-El SIDA se contagia con el sexo anal: por norma general, esta enfermedad se transmite por la sangre, o la sangre con otros fluidos. Aunque también cabe la posibilidad de que se contagie a través de la mucosa. Por lo tanto, no podemos estigmatizar esta práctica sexual por el SIDA, ya que no es la única manera de contagio. Lo importante es prevenir el contagio: utilizar preservativo o realizarse exámenes médicos.
La educación y comunicación sexual son claves a la hora de deshacerse de una vez por todas de estas ideas o creencias falsas. No obstante, dejar atrás estos prejuicios no es una tarea sencilla. Es importante aprender a desmontar estos conceptos erróneos por medio de su análisis, de poner en práctica esta actividad sexual. El sexo anal es un acto que puede realizar cualquier persona sin importar su orientación: desde una actriz porno o una modelo de video chats porno hasta ustedes mismos en su intimidad. Que a un hombre heterosexual le guste el sexo anal no significa que sea homosexual o bisexual. Es necesario trabajar en estas falsas creencias para que las personas interesadas vean el sexo anal como una oportunidad de mejorar su vida sexual. No como un tabú o algo de mal gusto. Por otro lado, esta actividad sexual también trae grandes beneficios para las mujeres: mayores niveles de excitación, orgasmos más potentes, imposibilidad de quedar embarazada... Definitivamente, ¡el sexo anal es algo beneficioso, no dañino para el ser humano! La clave reside en tomar ciertas medidas para su disfrute: higiene personal, lubricación, accesorios (juguetes sexuales), etc. ¡Llego la hora de dejar atrás todas las creencias erróneas que giran en torno al sexo anal!