Regresamos para terminar con esta increíble historia que nos enseña cómo ha evolucionado la industria adulta a lo largo de los últimos cien años. Como recordaréis, en el primer capítulo echamos un vistazo a los periodos más importantes del cine porno durante el siglo XX. Vimos cómo se las ingeniaban los creadores de cine adulto cuando este estaba prohibido; su legalización a partir de los años sesenta; su popularización con la llegada de las cintas en VHS; los cambios que supuso la llegada de Internet para esta industria y la revolución para el espectador que significo la aparición del porno gratuito en el mundo virtual. Hoy concluiremos este gran relato profundizando en cómo la revolución tecnológica ha seguido cambiado y mejorando esta industria hasta nuestros días. ¡Allá vamos!
La irrupción de los sitios de porno premium ha revolucionado por completo la manera de ver pornografía. Se acabaron los días en los que ver porno en Internet significaba visualizar vídeos pixelados o de baja calidad. Por supuesto, esta ventaja también tiene un inconveniente: para poder disfrutar de vídeos o cams porno en HD es necesario pagar. Sin embargo, ¿no creéis que el esfuerzo merece la pena? Pongámonos en situación. El porno de pago o premiun nos permite disponer de un repertorio infinito de contenido porno con imágenes de alta calidad, vídeos XXX sin publicidad, contenidos en 4K e incluso pornografía en Realidad Virtual. Además, la pornografía para miembros de pago se actualiza mucho más rápido que la gratuita. ¿A que ahora ya no es tan difícil imaginarse que millones de usuarios de todo el planeta decidan pagar por ver pornografía? La irrupción de este tipo de contenidos ha provocado que gigantes de la industria como Brazzers o Naughty America enfoquen todo su trabajo en este tipo de pornografía. Por otro lado, el encanto de las páginas premium no se limita solo a las mejores imágenes o a estar protagonizado por las pornstar más populares. También se caracteriza por disponer de sistemas de pago en línea muy fiables. Transacciones virtuales que garantizan la privacidad de los usuarios y la seguridad en sus transacciones.
¿Alguna vez os imaginasteis ser los protagonistas de un vídeo pornográfico? ¿Poder participar en vuestra película X favorita? ¿Presenciar cada gemido, cada alarido de placer, cada gota de sudor? Pues bien, gracias a la tecnología VR o de Realidad Virtual ese tipo de fantasías se están haciendo realidad. La Realidad Virtual está modificando por completo la forma en la que vemos o nos sentimos a la hora de ver contenido para adultos. Esta tecnología nos da la oportunidad de eliminar esa línea que separa la realidad de la fantasía. Ahora, el espectador no se dedican simplemente a observar. ¡Es parte de la acción! Quien ve porno en VR está interactuando con el contenido. Es una experiencia similar a lo que ocurre en los chats de porno en vivo.
Además, la Realidad Virtual nos garantiza que lo que observamos vaya en consonancia con lo que percibamos. Lo creáis o no, esta misma percepción es importancia a la hora de provocar que nuestra mente se excite. Finalmente, la pornografía VR nos estimula al dar rienda suelta a nuestras fantasías sexual. Nos ayuda a experimentar lo que nos gusta sin tener que enfrentarnos a ningún tipo de prejuicio. Se trata de un entorno seguro donde todos nuestros deseos íntimos son aceptados y respetados. Por todo ello, el contenido adulto en VR se considera el futuro del cine XXX. De hecho, su popularización no para de crecer últimamente. Según las estadísticas que pública Pornhub regularmente, ¡la demanda de la pornografía en VR creció un 135% en 2023 dentro de su plataforma!
A lo largo de toda su historia, la industria del cine para adultos siempre se ha caracterizado por tener un comportamiento camaleónico. Se trata de un sector que nunca ha dudado en estar a la vanguardia en aspectos tecnológicos, pero también morales. De hecho, buena parte de su éxito se debe a este carácter. Con la llegada del siglo XXI hemos visto cómo la pornografía está cambiado su naturaleza a pasos agigantados. Atrás están quedando los vídeos escenificados, guionizados y/o que cosifican a los actores. En la actualidad, la corriente está abogando por contenidos donde todo esté consensuado y no se use a los artistas como meros objetos de placer. A este tipo de contenido adulto se le denomina como pornografía o porno ético. La industria adulta que apoya este tipo de producciones XXX sostiene que ya es hora de que las compañías adopte un trato más humano con los artistas. Si bien se podría argumentar que no es un avance tecnológico directo y específico, el auge de la pornografía ética indica algo igualmente importante: la evolución del comportamiento y las demandas de los consumidores. A modo de resumen, esto es lo que defiende el porno ético:
Consentimiento: el beneplácito de todos los participantes en una relación íntima es fundamental para que todo salga bien. Pues lo mismo debe suceder dentro de la industria adulta (ya sean vídeos XXX o cams porno). Cada artista tiene que ser consciente en todo momento de lo que va a hacer en el set de rodaje. El porno ético aboga por este tipo de prácticas más respetuosas con los intérpretes.
Salario justo: durante mucho tiempo, los profesionales del cine adulto se ha quejado de este aspecto. En mayoría de las películas porno convencionales, los salarios de los protagonistas no se ajustaban al trabajo que desempeñaban. A veces se les pagaba por adelantado una parte de los honorarios prometiéndoles el resto después del estreno (que luego no se les abonaba). En otras ocasiones, la brecha salarial entre hombres y mujeres es muy abultada (ellas tienen unos honorarios mucho más elevados). En la pornografía tradicional también se da el caso de artistas que pactan un salario X por hacer tal o aquella cosa. Sin embargo, acaban por desempeñar un trabajo con el que no están de acuerdo para percibir dicho salario. El porno ético patrocina el salario justo para los intérpretes.
Contenido adulto realista: el porno ético nos muestra el sexo tal y como es: desordenado, incómodo, realista. Aquí hay cabida para todo tipo de cuerpos, personalidades y fantasías eróticas. Al ver contenido X ético no necesariamente veremos hombres musculados o chicas con los pechos operados. Tampoco genitales blanqueados. Veremos artistas más realistas, más acordes con la realidad. Es decir, algo similar a lo que sucede en las cams porno. Por lo tanto, la pornografía ética nos enseña que todos los cuerpos son bellos.
Representación positiva de la mujer: aquí no se cosifica a la mujer. No se las muestra como simples herramientas para el placer masculino.
Otro de los grandes cambios que ha experimentado últimamente la industria adulta ha venido con la llegada del porno personalizado. Hablamos de miles de sitios (páginas web o chats de porno en vivo) con categorías de contenidos XXX a gusto del consumidor. Imaginad: ¿cómo de increíble es obtener el contenido que buscáis en solo unos segundos? ¿Disfrutar de lo que de verdad os excita con tan solo hacer un clic? La pornografía personaliza evita que el usuario tenga que dedicar mucho tiempo a encontrar en la red lo que desea. El porno personalizado surgió cuando las grandes compañías decidieron cambiar su enfoque de trabajo. En lugar de publicar contenidos con la esperanza de que se ajusten a lo que el público busca, ¿por qué no producir contenidos que ya está más que comprobado que interesan? Ahora, basta con escribir unas palabras en un buscador y ¡ya está! ¡Aparecerán miles de vídeos adaptados a nuestras fantasías!
Las redes sociales le han dado al porno una nueva ventaja, transformándolo en un ámbito más íntimo, interactivo y emocionante. Más que un simple espectador, se ha convertido en una experiencia atractiva. Por ejemplo, está OnlyFans, la aplicación que ha conquistado el mundo. Pensad esto: tener la oportunidad de interactuar directamente con chicas calientes a través de las redes sociales. Poder ver vídeos XXX o imágenes subidas de tono de una persona en particular por unos pocos dólares. OnlyFans es un club VIP exclusivo con un toque diferente: todo el espectáculo está dirigido directamente por los propios artistas. También caben en esta consideración las webcams XXX, ya que las camgirls suelen promocionarse en redes sociales como Twitter. ¡Hablando de Twitter! Tampoco es tan inocente como pensamos. Esta red social sirve de refugio para que muchos creadores independientes compartan contenido XXX y se promocionen o interactúen con su audiencia. Al fin y al cabo, ¿quién no disfruta de una erección inesperada mientras busca noticias mundiales?
La historia de la industria adulta está repleta de momentos interesantes para los amantes del sexo. A lo largo de sus más de 100 años de vida, la pornografía ha evolucionado como pocas otras industrias. Nos ha permitido disfrutar del contenido erótico más estimulante, mientras ampliaba nuestros conocimientos sobre la sexualidad humana y nos liberaba de los prejuicios. En la actualidad, tenemos a nuestro alcance un contenido variado, amplio, de alta calidad, estimulante y educativo. El presente de la pornografía son los sitios premium y los chats de sexo en vivo. El futuro, ¿quién sabe?