El pasado viernes abría en Barcelona LumiDolls, el primer burdel con muñecas sexuales de apariencia humana, en el que el cliente puede escoger la ropa que esta muñeca llevará y en qué situación quiere encontrársela.
Este establecimiento, del que se desconoce la ubicación debido a que solo se les comunica a las personas que piden cita a través de su página web, cuenta hasta el momento con cuatro muñecas de diferentes razas: una europea de 1,70 m de altura, otra africana de 1,68 m, otra asiática que mide 1,61 y otra versionando a los personajes anime japoneses de 1,65 m.
En las habitaciones de este lugar se dispone de una pantalla de plasma con la que podrás entrar en situación con las muñecas viendo diferentes películas, para el que no quiera pasar directamente a la acción.
La empresa, a través de su página web, garantiza a sus clientes poder cumplir sus fantasías sexuales sin límites, de forma totalmente realista ya que estas sex dolls cuentan con los mismos orificios que el cuerpo natural de una mujer (boca, vagina y ano). Eso sí, los cuerpos de todas ellas son espectaculares.
Esta agencia de sex dolls, la primera en toda España y en Europa, asegura y garantiza las medidas de higiene de todas ellas, ya que serán desinfectadas después de cada uso por parte de sus clientes. Además, estos deberán utilizar lubricantes y preservativos que se les pondrán a disposición dentro de la habitación para que sea mucho más limpio e higiénico.
Los propietarios, de los que desconocemos actualmente su identidad, no han querido facilitar más información ni hacer una valoración inicial de su negocio hasta que no lleve más tiempo abierto, para no adelantarse a los acontecimientos.
Las sex dolls son muñecas con medidas y características casi idénticas a las de las mujeres reales, las cuales se utilizan normalmente para realizar prácticas sexuales. Esta reproducción casi idéntica es debida a que de esta forma pueden ofrecer una experiencia sexual realista, con el propio tacto de una persona de verdad. Además, existen de diferentes materiales, pero las que más triunfan son las de silicona. En Japón son algo bastante normal en el terreno sexual, ya que este tipo de establecimientos son más comunes, y algunas de ellas pueden oscilar hasta los 6.000 euros de precio.