El consumo de contenido para adultos se ha disparado en las últimas dos décadas gracias a la proliferación de Internet. Ya sean páginas webs tubes XXX, plataformas de suscripción (véase, OnlyFans) o videochats porno, el mundo digital ha provocado que ahora tengamos acceso a la pornografía como nunca antes. Obviamente, este fenómeno ha tenido una inmensa repercusión en la facturación de este sector. La industria del entretenimiento para adultos está valorada en decenas de miles de millones de dólares anuales. Ahora bien, ¿cómo es posible que este sector obtenga ingresos multimillonarios si la mayoría del contenido es gratuito? ¿Por qué algunos usuarios prefieren pagar por ver porno cuando hay contenido gratis? ¿La economía sumergida también está presente en esta industria? Si es así, ¿a dónde va todo ese dinero?
Como todos sabemos, la sexualidad es una parte fundamental del ser humano. Sin embargo, no fue hasta la década de los setenta del siglo pasado cuando se produjo la aceptación del sexo como algo positivo y propio para los seres humanos. Cuando el contenido XXX dejo de estar estigmatizado por la sociedad. La era de la globalización ha significado que la mayoría de las personas eliminen de su mente pensamientos del tipo: ver pornografía está mal o el porno es para personas desviadas. Como consecuencia de ello, el negocio del porno comenzó a regularse en muchos países. Esto a su vez provoco un incremento en la demanda del mismo. Por último, con la irrupción del mundo digital se han desarrollado miles de plataformas enfocadas en el entretenimiento adulto (páginas de vídeos XXX, cams porno, líneas eróticas...) que reportar ingresos incalculables al sector.
El fácil acceso a plataformas pornográficas como Pornhub, xHamster o Xvideos, ha supuesto que millones de usuarios en todo el mundo consuman a diario contenido para adultos. Para hacernos una idea del tráfico que generan estas páginas XXX, basta con echar un vistazo al reporte de Pornhub del año 2019. Dicha plataforma -la más popular del planeta- expuso en su blog que ese año 42.000 millones de usuarios había accedido a su página para ver pornografía. La industria pornográfica abarca múltiples espacios (mundo real o mundo digital) y segmentos (estudios cinematográficos XXX, estudios de videochats porno, tubes XXX gratuitos, plataformas con contenido por suscripción, líneas eróticas, venta de juguetes eróticos...). Además, en algunos lugares aún no está totalmente regulada. Por ello, resulta imposible precisar con exactitud los beneficios que genera este negocio a lo largo de un año. Sin embargo, las estimaciones más moderadas señalan que la pornografía mueve entre 100.000 y 150.000 millones de dólares anuales. De esta cifra -según analistas del FBI- el 10% se genera en los Estados Unidos, quien todavía sigue ocupando la primera posición a nivel mundial. No obstante, países como República Checa, Rusia, Rumanía, España (se estima que entre 3600 y 4000 millones anuales) o Colombia le han quitado mucho protagonismo en las últimas dos décadas. ¿El motivo? En estos lugares resulta mucho más económico producir y distribuir pornografía.
¿Cómo se declara ese dinero? ¿Las páginas XXX están realmente bajo una legislación que las controla? ¿De qué manera paga tributa una persona que crea contenido independiente en OnLyFans? En la actualidad, la economía del porno es un tema del que muy pocos quieren hablar. Por lo tanto, es imposible dar respuesta a las tres cuestiones que se han apuntado. Lo que si podemos hacer es calcular de manera aproximada el dinero que mueven las plataformas XXX de suscripción. En este sentido, se calcula que 2.500 millones de usuarios en todo el mundo están registrados en este tipo de portales virtuales (principalmente, en plataformas de contenido porno independiente como OnlyFans y en cams porno). Generalmente, la tarifa que pagan estas personas mensual ronda los 5 o 10 dólares mensuales. Esto significa que las plataformas de suscripción obtiene entre 12.500 y 25.000 millones de dólares al año de los usuarios. Sin embargo, existen muchas diferencias entre estados. Por ejemplo, en Estados Unidos el usuario medio paga 60 dólares mensuales, mientras que en España la cifra ronda los 15 o 20 dólares. Así pues, solo podemos concluir que las plataformas de suscripción reportan en torno al 20 o 25% de todos los beneficios de esta industria (si damos como buena la cifra de 100.000 millones de dólares anuales de todo el sector).
Por otro lado, surge la pregunta de ¿cómo se sostienen las plataformas gratuitas?¿Por qué son tan accesibles? Actualmente no hay casi datos de ello, pero podemos intuir varias cosas. Con la era de la digitalización no hay nada gratis, nos estamos exponiendo constantemente. Traficamos por la red con nuestros propios datos. Uno de los métodos para la recogida de datos son las famosas cookies. Si nos metemos en alguna de estas plataformas, como Pornhub y leemos atentamente la política de cookies nos encontramos con algo muy interesante: «Las cookies pueden ser cookies de sesión o persistentes. Una cookie de sesión caduca automáticamente cuando usted cierra su navegador. Una cookie persistente permanecerá hasta que caduque o hasta que borre sus cookies». Cuando accedemos a una plataforma gratuita, estamos pagando con nuestros datos. La verdadera pregunta es: ¿qué harán con estos datos? ¿Los venderán a empresas multinacionales? ¿Cómo se declara todo ese dinero? ¿Existe la economía sumergida en la industria del porno? Actualmente, la mayoría son preguntas sin una respuesta clara, pero lo que es cierto es que este millonario negocio todavía no es transparente del todo y hay mucho por investigar.
a) Ventajas de la Pornografía
-Es una poderosa herramienta a la hora de excitarnos y de masturbarnos en solitario. El contenido para adultos nos muestra escenas altamente eróticas y, por ende, nos permite, en cuestión de segundos, evadirnos de todo y “ponernos al tema”. A disfrutar de un ratito de autoerotismo y placer.
-Es una herramienta muy útil para aquellas personas que desean explorar su propia sexualidad. Pensemos en los videochats eróticos. En estas plataformas miles de camgirls muestran nuevas técnicas de masturbación a los espectadores. También cumplen sus fantasías sexuales llevando a cabo shows eróticos que incluyen un repertorio casi infinito de actividades sexuales: juegos de rol, BDSM, sexo en grupo, striptease, masturbación con dispositivos sexuales (vibradores, consoladores, estimuladores, bolas chinas...).
-Sirven de inspiración para aquellas parejas que desean experimentar cosas nuevas en la cama. Es decir, el porno evita que caigamos en la monotonía sexual con nuestras parejas.
b) Desventajas de ver pornografía
-Puede crear expectativas poco realistas sobre las relaciones sexuales, debido a que muestra unas prácticas muy enfocadas para mostrar a cámara y no enfocadas en el placer de los actores.
-Es un secreto a voces: la mayoría de los actores y actrices pornográficos tienen un aspecto físico que se aleja totalmente de lo normal. Además, las escenas no son reales y nos suelen mostrar a hombres con un aguante fuera de lo común en la cama o a mujeres multiorgásmicas. Aunque puede darse en determinados casos, lo cierto es que esto es solo ficción. No es real. Por lo tanto, la pornografía puede crearnos expectativas poco realistas acerca de lo que se considera un cuerpo atractivo o de nuestra virilidad.
-Algunas escenas promueve estereotipos de género, cosifican a las personas o promueven la violencia sexual. Sin embargo, debemos entender de nuevo que esto es simplemente ficción. Tanto en las películas para adultos como en las cams porno, todo lo que vemos está consensuado y en muchas ocasiones sobreactuado o exagerado. Por tanto, no podemos aplicar al mundo real lo que nos muestras las escenas pornográficas.