Gracias a la proliferación de Internet, ahora tenemos información muy detallada sobre cualquier tema relacionado con los servicios para adultos. Desde sitios web con artículos sobre la industria pornográfica o los chats porno hasta publicaciones minuciosas sobre la contratación de escorts y prostitutas. Sin embargo, todavía hay personas que no saben distinguir entre una escort y una prostituta, o bien tienen una percepción equivocada de lo que trata cada una de estos servicios. Sin ir más lejos, uno de los errores más habituales que se comenten a la hora de hablar de estos servicios para mayores de 18 años es pensar que son lo mismo. Muchas personas creen que simplemente el término “escort” es cómo se denomina a las prostitutas en inglés, mientras que en castellano se las llama “putas”.
Un error muy común y bastante grave, ya que estos vocablos no hacen referencia a una misma cosa. No se pueden emplear como sinónimos. No cabe duda que con la llegada de Internet, ahora podemos acceder a ambos servicios con tan solo hacer un clic. No obstante, resulta bastante habitual que lo que se busca y lo que se encuentra no sea lo mismo. La mayoría de las ocasiones en las que nos topamos con algo que no es lo que pensábamos haber contratado se debe al hecho de no saber diferenciar entre la profesión de una escort y una prostituta. Por ello, en este artículo vamos a enseñaros cuáles son las diferencias entre ser una mujer de compañía o escort y una prostituta.
Existe un dicho que nos muestra fehacientemente la diferencia principal que hay entre ambas profesiones. La chica de compañía o escort lo hace porque le gusta, mientras que las prostitutas por dinero. Lo cierto es que esta frase no se ajusta del todo a la realidad, ya que la escort también tiene interés económico en su profesión. Sea como fuere, ambas profesiones tiene similitudes, pero también diferencias que enumeramos a continuación.
Ambas ofrecen sexo por dinero: la principal semejanza entre una escort y una compañía es el sexo. Tanto la una como la otra ofrecen su cuerpo por dinero. Ambas son capaces de atender todas las fantasías sexuales –previo acuerdo- de los clientes, como sucede con las modelos de los chats porno. Ahora bien, las escort suelen practicar el sexo de una forma más divertida. Ofrecen una experiencia cercana a tener sexo con una estrella del porno. Además, lo hacen siempre en lugares lujosos. Por el contrario, las prostitutas ofrecen un servicio más convencional y, sobre todo, mucho más rápido. Venden sexo fugaz. Quieren que el sexo acabe cuando antes para poder ir en busca de otros clientes. Algo que no sucede con las escort, quienes dan el máximo con cada uno de sus clientes.
Sexo vs. compañía: tras ver que ambas vender su cuerpo por dinero, todo lo que viene a continuación son diferencias abismales. Si una prostituta solo ofrece sexo, una escort ofrece compañía, conversación, refinamiento, etc. La escort nació como un servicio enfocado en acompañar a los hombres, no como un servicio de prostitución. Aunque la mayoría de las chicas de compañía ahora venden su cuerpo, lo cierto es que todas ellas –a diferencia de las putas- también acompañan a sus clientes. Acuden con quienes las contratan, simulando ser sus parejas o amantes, a viajes de negocios, reuniones de amigos, etc. Esto se debe a que el que busca una escort lo hace principalmente por dejar impresionados a sus círculos familiares más cercanos. Que su familia o amigos piensen: ¡Qué pareja más atractiva tiene…! Un hábito muy común entre las capas de la sociedad más acomodadas. Hombres con alto poder adquisitivo que buscan mostrar a una mujer hermosa como si de un trofeo se tratara.
Tras ver la principal similitud y diferencia entre ambos servicios, es hora de enumerar otras aspectos que distinguen a cada una de estas profesiones.
Precio: salvo en contadas ocasiones, una dama de compañía siempre cobrará mucho más dinero que una prostituta. De media, en España una escort cobra una tarifa mínima de 500 euros, cuando va de parte de una agencia. En el caso de ir por libre, lo habitual es que el precio por su contratación comience a partir de los 300 euros. Por el contrario, en nuestro país se pueden contratar prostitutas por tan solo 30 o 40 euros y un máximo de 150 euros. En ambos casos, las tarifas se refieren por un servicio de 60 minutos.
Forma de trabajar: una prostituta trabaja siempre que necesita dinero. Además, sus jornadas de trabajo pueden ser de más de 12 horas al día, y a veces, lo hacen en la calle. Por el contrario, una escort, al igual que las pornstar o las modelos de chats porno, trabaja cuando quiere. Asimismo, son muy selectivas a la hora de escoger a sus clientes y cobran por tiempo, no por acto sexual. En definitiva, al contratar una chica de compañía pagamos por el tiempo que esta esté con nosotros. A las prostitutas se las paga única y exclusivamente por el sexo.
Formación: las prostitutas, por norma general, tienen niveles de estudios muy básicos. Por su parte, las escorts suelen tener una formación académica privilegiada. Muchas tienen estudios universitarios, por lo que pueden mantener conversaciones en círculos sociales cultos. De hecho, por este motivo algunos clientes las contratan no por horas o por días, sino por semanas o meses.
Categorías diferentes: al igual que en muchas competiciones deportivas hay divisiones para los equipos, en lo que a escorts y putas se refiere, bien pudiera pasar lo mismo. Así, una puede ser lo otro, y viceversa, siendo solo cuestión de perspectiva y de formas de entender su profesión. Desde el punto de vista de los clientes que las frecuentan, una aporta calidad, y otra cantidad e intensidad.
Esperamos que todas vuestras dudas acerca de estos servicios para adultos hayan sido disipadas. No obstante, contratar a una escort o una prostituta puede que no esté al alcance de vuestras posibilidades. Si es este el caso, os recomendamos probar con los chats porno. Aunque no hay contacto físico, en los chats porno podréis ver cumplidas todas vuestras fantasías, mientras compartís una experiencia inolvidable con mujeres hermosas.