Antes de entrar en materia, es importante comprender qué es lo que quiere decir la palabra «swinger», ya que se puede aplicar tanto de forma individual como colectiva. El término «swinger» - palabra de origen anglosajón que se refiere a un individuo desinhibo- se emplea para aludir a personas que no tienen reparos a la hora de expandir sus horizontes sentimentales o sexuales, previo consentimiento de su pareja. Por otro lado, esta palabra también se emplea para hacer referencia a parejas que comparten con otras relaciones sentimentales o sexuales, y de nuevo, con el consentimiento de todas las partes implicadas. Es decir, las parejas swingers son aquellas que pueden tener sexo con otras parejas, pero también con una tercera persona. Además, dentro de esta definición pueden ir incluidas actividades eróticas como el simple hecho de observar a otras parejas tener relaciones sexuales. En otras ocasiones, el término se puede emplear para aludir a parejas que tienen sexo a distancia a través de webcams porno. En definitiva, «swingers» es toda aquella persona o pareja que consideramos como liberal.
Por la propia naturaleza de las relaciones swingers, es fundamental que el respeto esté siempre presente entre las personas implicadas. Esto significa que una relación, sea sentimental o sexual, de este tipo siempre podrá interrumpirse cuando uno de los miembros ya no este de acuerdo. De la misma manera, este tipo de relaciones solo serán toleradas cuando todos los implicados sean aceptados física y psicológicamente por los restantes implicados. Por lo tanto, las relaciones entre swingers suponen que nadie podrá ser nunca forzado a tomar parte de este modo de vida. Otra de las particularidades más reconocibles de esta clase de relaciones es la gran importancia que los implicados le dan a la higiene y la seguridad. Durante las relaciones swingers, los participantes deben cuidar muchísimo su aseo personal y el empleo del preservativo es obligatorio. Dado que en el mundo swingers las relaciones pueden incluir a muchas personas, el uso de métodos anticonceptivos es fundamental para evitar la transmisión de enfermedades sexuales y embarazos no deseados. Aunque, como sucede en las películas o webcams porno, la higiene y la seguridad debe ser siempre algo a tener en cuenta.
En la actualidad, el número de personas que optan por este tipo de prácticas no para de crecer en nuestro país y en los de nuestro entorno. El modo de vida swingers ha experimentado un boom sin precedentes que los sociólogos y expertos en sexualidad han tratado de explicar. En primer lugar, se cree que la propia evolución de la sociedad está detrás de este auge. Ahora vivimos una época en la que los esquemas sexuales heredados de las tradiciones judías y cristianas ya no se tienen tanto en cuenta. Si hasta hace poco tiempo las relaciones sexuales fuera del matrimonio eran un tabú o algo inmoral, ahora ya no lo son tanto. Obviamente, siempre que las dos partes de la pareja tengan conocimiento de ello y estén de acuerdo.
Otro de los motivos que señalan los especialistas es la necesidad que tienen algunas parejas de experimentar cosas nuevas en sus vidas sexuales. Hay muchas parejas que parecen insatisfacción sexual entre ellas y que ven en las relaciones swingers la solución a este problema. Quieren disfrutar de otras prácticas sexuales y otras personas, pero sin que por ello tengan que abandonar o engañar a sus respectivas parejas. Por último, hay algunas personas que sienten especial excitación y morbo al ver a sus parejas tener sexo con terceras personas. Un fetiche cada vez más extendido no solo en la industria del porno (películas, webcams porno...), sino también en la vida real.
Hasta la irrupción de Internet, adentrarse en este tipo de organizaciones o personas swinger era bastante complicado. Afortunadamente ahora ya no. En la red podemos localizar muchos sitios web relacionados con este tipo de relaciones sentimentales y sexuales. Páginas donde podemos chatear y acordar un lugar para conocer a otras parejas con los mismos gustos. De la misma forma, hay muchos grupos swingers que se anuncian en redes sociales como Facebook, Twitter o WhatsApp. Además, siempre queda la posibilidad de recurrir a los anuncios en periódicos o revista. Por otra parte, es importante conocer la existencia de los denominados clubes swingers. Locales donde las personas o parejas swingers pueden encontrarse. No obstante, algunos de estos lugares solamente permiten que los visitantes se conozcan en persona, mientras que otros dan incluso la posibilidad de tener relaciones sexuales en sus instalaciones. Antes de acudir a este tipo de clubes es importante averiguar información sobre ellos: normas de convivencia, vestimenta, higiene, seguridad... Muchos de ellos tiene su propia página oficial donde podemos conocer este tipo de informaciones.
Ante todo, llevar una vida swinger significa que el modo de matrimonio o pareja sentimental socialmente aceptado o reconocido queda obsoleto. Es fundamental que quien quiera adentrarse en este tipo de pareja sepa que su vida sentimental y sexual va a cambiar por completo. Ya no se trata de compartir los sentimientos y relaciones sexuales con alguien en particular, sino con otras personas fuera del vínculo del matrimonio. Quienes desean adentrarse en este mundo deben confiar plenamente en su pareja, ya que los celos pueden llevar a la ruptura de la pareja. En este sentido, el respeto y la comunicación son también muy importantes. Nadie puede obligar a su pareja a formar parte de este mundo. Es importante establecer unos límites antes de llevar a cabo este tipo de encuentros, como sucede en la industria adulta a la hora de grabar una escena XXX o participar en un show por webcams porno.
Por último, las parejas swingers han de ser conscientes de que estas relaciones pueden evolucionar a mejor o a peor, al igual que ocurre en las parejas tradicionales. Asimismo, vivir este tipo de experiencias también puede modificar los patrones de conductas y formas de disfrutar de la sexualidad con la pareja permanente. Los swingers pueden experimentar nuevas formas de sexualidad que pueden trastocar radicalmente la práctica sexual previa de la pareja swinger.